lunes, 26 de julio de 2010

El adios de dos iconos del sentimiento madridista


La mañana de ayer -en realidad eran las dos de la tarde-, cuando mi madre llegó de desayunar por ahí y me despertó, me levanté con una noticia que, aunque se veía venir desde hace algún tiempo por las continuas declaraciones del protagonista, incluso desde hace varios veranos, no podía creer hasta que se confirmase completamente. Guti abandona el Real Madrid tras quince temporadas siendo, tanto en las buenas como en las malas, uno de los símbolos del equipo que le vio nacer como futbolista.

Guti se va del Madrid. Por muchas veces que lo repita, no dejará de sonarme extraño. ¿Quién se imagina al '14' de Torrejón disputando partidos con una camiseta que no sea blanca? Guti. Ese futbolista capaz de sembrar amor y odio a partes iguales por donde quiera que pise. Ese hombre capaz de solucionar partidos con pases imposibles que solo existen en su mente y que podían atravesar en pocos segundos una línea de cinco defensas perfectamente situados. Y Guti. Ese futbolista capaz de borrarse de un partido para librarse de la monumental bronca de ochenta mil personas tras caer en los cuartos de final de la Champions ante un rival como el Mónaco. Todo esto quedará atrás y será difícil, si no imposible, en todos los aspectos, encontrar otro como él. Guti es una leyenda del madridismo que limitó sus capacidades al ritmo de una actitud macarrilla que no supo controlar en determinadas situaciones.


Y esta mañana -hace un ratito-, al entrar de nuevo en la edición digitial del diario Marca, me he topado con otra noticia que es, cuanto menos, histórica. Raúl también se marcha de la entidad merengue, del conjunto del que siempre fue emblema desde que Jorge Valdano le hiciese debutar con diecisiete años y en el que lo ha ganado todo, excepto la Copa del Rey -para él, maldito 'Centenariazo'-. Casi nada se le ha resistido a Raúl a nivel de clubes y, además, ha dejado la huella de un señor futbolista que ha tenido siempre por bandera el juego limpio y la deportividad y el honor de decir que jamás ha sido expulsado de un terreno de juego.

Paradójicamente, Raúl y Guti se van del Madrid al mismo tiempo. Ambos sin ganar ningún título en su última campaña de blanco, algo que no refleja la gloriosa etapa que cierran en el día de hoy, cuando dejan para siempre la casa blanca para terminar su carrera en algún sitio donde puedan hacer lo que mejor saben: jugar al fútbol. Paradójicamente también, Raúl disputó su último encuentro en La Romareda, el estadio que fue testigo de su debut con el primer equipo. Raúl lo ha sido todo en el Real Madrid y aunque su rendimiento fuese en un claro descenso desde después de la Eurocopa de Portugal en 2004, no será recordado por estas últimas campañas en las que parecía costarle correr y chutar, aunque no dejase de hacerlo en ningún momento. El no haber ganado nada con la selección será siempre su espinita, su cuenta pendiente, aparte de un Balón de Oro que Owen le arrebató en 2001 después de que el '7' hubiese completado una temporada de ensueño.


De esta forma se despiden dos genios, dos hombres que lo han sido todo en el Real Madrid. En el caso de Guti, siempre tapado por su ya mencionada irregular actitud que le llevó a ser odiadio incluso por un sector de su propia afición. Ya sólo queda desearles que el mundo del fútbol siga maravillándose con los últimos años de fútbol de Raúl González y de José María Gutiérrez. Y esperamos que así sea.

lunes, 12 de julio de 2010

Vencimos en la batalla más sangrienta (Holanda 0-1 España)


Somos campeones del mundo. La selección española, la de fútbol, la que siempre vio a las grandes selecciones un escalón por encima, la que nunca tuvo la calidad, o la suerte, de conseguir lo que en todos los deportes se ha conseguido, se coronó ayer reina del planeta. El mundo entero, además de reconocernos campeones, quedó asombrado con el juego de España en un Mundial en el que somos los justos vencedores, a pesar de la actuación de Webb, el árbitro de la final, que fue la pura vergüenza de un partido en el que solo nosotros quisimos jugar al fútbol. Todo lo demás fueron fallos y lucha libre. Aunque, para vergüenza, el juego de Holanda. Una selección que, habiendo perdido dos finales anteriormente, siempre se había caracterizado por tratar el balón con el máximo cariño y conseguir los buenos resultados con el fútbol bello como receta infalible. Rectifico hoy, por lo que dije de que un Holanda - España era la final más justa. El Mundial debió haber acabado en aquella semifinal con Alemania, donde los teutones, pese a la derrota, quisieron jugar al fútbol, aunque no pudieron.

Lo que fue el encuentro podría resumirse en una historia muy sencilla: once guerreros lucharon por un objetivo sin hacer daño a nadie y se vieron trabados por la violencia de un ejército naranja que no buscó ese objetivo. Mejor dicho, lo buscó, pero no sin antes matar a los once primeros guerreros. Algo así pasó ayer. Solo hay que fijarse en la ¿entrada? de De Jong a Xabi Alonso que pudo haberlo dejado en el sitio. Una locura lo de una Holanda desconocida que solo buscó destruir a España para aprovechar algún error defensivo y hacerse con una copa que, de habérsela llevado, hubiese sido la final más injusta de la historia del fútbol. Para colmo, Sneijder tiene la cara dura de decir que el colegiado les robó el partido. ¿Se puede demostrar más mal perder e impotencia?

Ahora, recuerdo la portada del diario Marca del 28 de junio de 2006, un día después de que Francia nos apeara del Mundial de Alemania sin llegar ni siquiera a los cuartos de final. En aquel titular aparecía la foto de un niño español llorando, a la que acompañaba una frase que decía: "No llores. Tenemos equipo y volveremos". Y efectivamente, así fue. Primero con la Eurocopa, y más tarde esta copa del mundo de la que creía que nunca seríamos vencedores. Si esto no se repite, podré decir que yo pertenezco a la generación que vi jugar a la mejor generación -valga la redundancia- de futbolistas españoles de la historia. Que al igual que vi a Al Gandhour robarnos en 2002 o a Portugal eliminarnos en la fase de grupos de la Euro 2004, yo presencié la doble victoria española, en Europa y en el mundo. Y ahora, que siga la fiesta, que somos campeones. Por fin hemos vengado el codazo de Tasotti, o los fallos de Cardeñosa y de Salinas. O, como he dicho antes, el escándalo de Corea, y todo esto lo hemos vengado al ritmo de un derechazo de un hombrecillo de Fuentealbilla que soñó desde niño con esto, y que ayer se convirtió en realidad. Un derechazo que toda España gritó al unísono y que desató el júbilo de más de cuarenta millones de personas. Nuestra primera estrella ya duerme sobre el escudo de nuestro país.

jueves, 8 de julio de 2010

La final más justa (2º Semifinal, Alemania 0 - 1 España)


Ayer a las 20:30 de la tarde, el tiempo se detuvo en España. Las calles se quedaron desiertas en pocos segundos y ni siquiera el ruido del motor de un coche acompañaba el calor veraniego. Ayer, a las 20:30 de la tarde, el país entero se metió en sus hogares para asistir, vía televisiva, a la cita mundialista en la que España podía hacer historia, y el único murmullo que se escuchaba en la tarde/noche eran los "uuuy" de los vecinos -y sobre todo, del bar de abajo de mi casa- cuando España fallaba alguna ocasión. El cuento terminó en final feliz, como no podía ser de otro modo, y España jugará la final ante el otro equipo que más se lo ha merecido: Holanda.

Porque lo de España ayer fue un baño sin precedentes. Las ganas de venganza de los alemanes por aquella final de Viena en 2008 se quedaron únicamente en eso y no pudieron hacer frente a un vendaval español que hizo y deshizo a su antojo, eso sí, no sin llevarse dos o tres sustitos por los que a más de uno podía haberle dado un ataque al corazón. La apuesta de Del Bosque por Pedrito salió bien y el canario se mostró con muchísima voluntad y además, aportó peligro en el ataque. Mala suerte que su actuación quedara algo truncada por su última acción, en la que podía haber hecho el gol de la tranquilidad, y pecó de principiante. Sin embargo, hay que quitarse el sombrero con el del Barça, que cumplió con creces.

Villa se mostró algo cansado, pues no paró de correr y presionar en todo el partido, y este cansancio se le sumó a la fatiga por haber disputado todos los encuentros. Realmente, no hubo nadie que se saliese del tiesto. Desde Casillas, que tuvo que intervenir cuatro veces, si acaso, hasta Villa, pasando por un correctísimo Ramos, un sensacional Iniesta, un Xavi que mostró una gran versión, aunque para mí, sin alcanzar la que enseñó en la Euro; o un Busquets que se ha asentado y que en un futuro puede llegar a ser el líder del Barça y de la selección. Personalmente pienso que la nota negativa la puso Fernando Torres, que, al margen de no estar en su mejor momento, parecía conformarse con un 0-1 que en cualquier momento podía volverse en nuestra contra. Muy desganado, el de Fuenlabrada, el polo opuesto a Villa, que como ya he señalado, se dejó el pellejo en el terreno de juego. Puyol, además de ser infranqueable junto a Piqué -este segundo, el mejor central de la competición-, tuvo la suerte de ser el que diera la victoria con un tanto antológico.

En definitiva, un partido de ensueño que acabó en una justa victoria española y que pasará a la historia como la primera vez que superamos unas semifinales y que, por consiguiente, disputamos una final del torneo más importante de la historia del fútbol.

DOMINGO, 20:30 HORAS, JOHANNESBURGO. HOLANDA - ESPAÑA

domingo, 4 de julio de 2010

HEMOS PASADO DE CUARTOS (España 1 - 0 Paraguay)


Sólo ocho cosas.

- Cuando Casillas tiene que estar, está.
- Ayer por poco me da un infarto.
- Si se pitaran todos los penaltis como el de Piqué, los marcadores de fútbol serían como los de baloncesto.
- Qué malos son los árbitros, no sé por qué tiene que haber árbitros de todo el mundo. Si son malos, son malos.
- El Guaje es el mejor delantero del torneo.
- Es imposible que Torres tome la forma en un Mundial, que son cuatro partidos de nada.
- Seguimos haciendo historia.
- A ponerse las pilas, que viene Alemania.

sábado, 3 de julio de 2010

R.I.P. Brasil (Cuartos de final, Holanda 2 - 1 Brasil)


Habiendo vuelto de unas increíbles vacaciones en Salou y con la cabeza llena de recuerdos inolvidables, dejo a un lado el descanso del que he disfrutado para centrarme de nuevo en la actualidad futbolística, que no es otra que el Mundial de Sudáfrica y hoy, más concretamente, la eliminación de Brasil ayer en cuartos de final frente a Holanda.

Porque Brasil en este Mundial no se había mostrado la selección que siempre había deleitado al mundo entero con su magia. Este año, la mano de Dunga, al igual que ocurriese en la Copa América de Venezuela en 2007, se ha hecho notar dando más importancia a una defensa inapelable que a un ataque insistente. Simplemente, aprovechaban las pocas ocasiones que tenían para matar a sus víctimas a la contra. Eso sí, se denotaba una inmensa calidad arriba, sobre todo por parte de Robinho.

Los cariocas supieron adelantarse con un gol de Robinho en el que la culpa estuvo claramente en un clamoroso fallo de Heitinga al adelantarse como cinco metros buscando el balón y dejando un hueco que el ex-madridista supo aprovechar a la perfección. Fue entonces cuando pensé que Holanda estaba perdida ya que la zaga brasileña se mostraba increíblemente férrea y siempre defendía con cinco o más hombres. Pero la suerte acompañó a los tulipanes en una jugada que ni ellos mismos se esperaban que acabase en gol y que Julio César recordará toda su vida. Entonces Holanda vio una luz al final del túnel y en un córner Sneijder culminó una gran jugada ensayada que firmó el 2-1 final. De esta manera Brasil comenzó a perder los nervios, al no estar acostumbrado a ir por debajo, con acciones como la patadita de Alves a Van Bommel que el colegiado no vio, la expulsión de Felipe Melo o la visible tensión de Robinho reclamando a Robben que no se tirara al suelo cuando realmente se había cometido una infracción.

Así, Brasil se queda fuera de nuevo en cuartos de final, de la misma manera que en 2006, solo que ese año el verdugo fue la Francia de Zidane y un gol de Henry acompañado de una monumental caraja de Roberto Carlos en el marcaje. Dunga se va y esperemos, por el bien del fútbol, que con él se vaya también su estilo tosco, aburrido y oportunista.

Lo que será hoy en el Mundial

Cuartos de final  /  Alemania - Argentina  (16:00 h, Canal + Liga)
Cuartos de final  /  España - Paraguay  (20:30, Telecinco)