domingo, 11 de abril de 2010

El protagonismo de Iturralde


Apartando a un lado el tema del clásico, del que en todos los lugares de España se habla en estos momentos y en el que, personalmente, pienso que la superioridad del Barça no ha sido tal como para un contundente 0-2 pero sí que ha sido la de Messi sobre Cristiano Ronaldo -el Barça tendría que pinchar al menos dos veces y el Madrid ganarlo todo para que los blancos fuesen campeones-, me centro en lo que fue el encuentro Xerez - Getafe que presencié en Chapín antes del derbi de los derbis.

El Xerez tenía la oportunidad de escalar posiciones y seguir soñando con un objetivo que hasta la llegada de Néstor Gorosito se había antojado utópico: la permanencia. Hoy, sin duda alguna, en la primera mitad fácilmente los azulinos podían haberse puesto con un claro 2 o 3-0 en el marcador. Las paradas del meta getafense y la falta de acierto de los locales se unieron para llegar al descanso con tablas. En la segunda mitad, en una de las escasísimas ocasiones azulonas el balón entró y el Xerez sintió como un jarro de agua fría le caía lentamente desde la cabeza hasta los pies.

La cosa terminó en derrota. El Getafe se mantuvo de pie en la segunda mitad hasta la expulsión de Pedro León. A partir de ahí el Xerez siguió apretando, pero no consiguió encontrar el camino hacia el gol. Pero, dejando a un lado lo que fue el partido, quería centrarme en el juez de la contienda. Ese árbitro que no duerme si no es protagonista, al que le encanta escuchar como todo un estadio le increpa, se acuerda de toda su familia, ya esté viva o muerta y al que le complace más que nada hacer algo por lo que al día siguiente se va a hable de él. Hoy ha podido pitar más de un penalti a favor del Xerez, pero ya no sólo eso, sino pequeños detalles como la ley de la ventaja catastróficamente aplicada curiosamente siempre en contra del Xerez, faltas inexistentes que sólo él vé -gol del Getafe, que viene precedido de una infracción solo visible en su imaginación-, fueras de juego que los líneas ven cuando les apetece... y un largo etcétera. Hoy, sinceramente, estoy indignado. Entre Morales, Ziganda y los árbitros, tiene mérito que no hayamos descendido hace diez jornadas. Fuera los árbitros protagonistas. Hemos tenido que soportarlos durante todo el año y hoy ha sido inaguantable. Después se pide que se respete a los árbitros. Así no se puede. Es denigrante.

Lo mejor, que en Marca no saben ni qué árbitro ha pitado el encuentro. Para colmo, le da una puntuación de 7/10...

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