Los partidos de ida y de vuelta de esta eliminatoria de la ahora Europa League han sido completamente el blanco y el negro, el ying y el yang. Si en la ida hubo un sinfín de ocasiones por parte de ambos bandos y emoción durante todo el encuentro, en este las oportunidades se reservaron para los últimos ocho- diez minutos, exceptuando dos de Diego Forlán y una de Ujfaljusi. Zigic estuvo a punto de hacer uno de cabeza, David Navarro otro y quizás el árbitro se comió un penalti al delantero serbio por un agarrón en el área que terminó por agujerearle notablemente su camiseta. Emoción sí que hubo, pero al final. Partido monótono donde los haya, donde se pudo observar el miedo de ambos conjuntos a recibir un gol. El Atlético jugó un poco con el factor campo, con el calor de su afición y consiguió el pase a semifinales, unas semifinales en las que no podrá contar con el Kun en la ida, ya que estaba apercibido y ha visto una amarilla por perder tiempo al ser sustituido -incomprensible, la verdad-. Polémica antes del pitido final con ese posible penalti a Zigic y las pérdidas de tiempo de los rojiblancos. Vicente recordó a ese extremo izquierdo que podía considerarse el mejor de España con grandes centros desde el ala izquierda buscando siempre a los 2,02 metros de Nicola Zigic. Al final, el fútbol se puso por una vez del lado de los colchoneros que siguen siendo el único equipo español que sigue vivo en tres competiciones y que tiene un único sueño: el doblete. El Liverpool espera en semis, que ha vencido al Benfica por 4-1 con dos tantos del Niño Torres, semis en las que el mismo Fernando Torres volverá a la que fue su casa desde alevines.
Unai terminó perdiendo los nervios tras el claro agarrón a Zigic y fue expulsado. El Atlético de Madrid vuelve a unas semifinales europeas. La última oportunidad que se recuerda fue la eliminación en cuartos con el Ajax en la Champions League del 97.
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