martes, 16 de marzo de 2010

Palo sevillista (1-2)


Se las prometía muy felices el Sevilla ante su público en la vuelta de los octavos de la Champions League. A priori, se enfrentaban a un rival inferior en calidad y con un resultado de 1-1 en Rusia que les daba mucha confianza. Sin embargo, los sevillistas se pasaron todo el partido sin dar una a derechas. Desde el principio se pudo ver a un Sevilla bastante espeso que no se encontraba a sí mismo. La triple mediapunta formada por Navas, Capel y Perotti no funcionó del todo bien. Al principio se les vio con ganas. Capel estuvo demasiado loco por su banda izquierda y le costó la sustitución al descanso. Navas, el mejor de los tres, se la dio un par de veces a su marcador y Perotti estuvo bastante vivo hasta el gol, luego fue perdiendo fuelle y acabó por desaparecer. Y así, los once sevillistas. Zokora, el mejor y Palop, muy desacertado, raro en él.

Al igual que hace dos temporadas, cuando Manolo Jiménez era un novato en el banquillo de Nervión y cuando el Sevilla cayó en la tanda de penaltis ante el Fenerbahçe turco tras un 3-2 tanto en la ida como en la vuelta, ayer las cosas funcionaron mal. Al principio parecía que el Sevilla llevaría las riendas, sobre todo por la magnífica ocasión de la que gozó Luis Fabiano casi a bocajarro y que el meta visitante Akihfeev estuvo muy acertado al malograr. Pero el Sevilla se mostró torpe, lento, agobiado por el gran planteamiento ruso que se situó de maravilla en el campo, con una férrea zaga que terminó por desquiciar a Luis Fabiano, del que no se supo nada desde aquella oportunidad anteriormente mencionada.

Los hombres de Slutski lograron adelantarse en el luminoso con el tanto de Necid asistido por Honda -gran partido el del japonés, mostró sus cualidades de velocidad, fuerza e intelgencia e hizo mucho daño a los hispalenses-, pero pronto, antes del descanso, empatarían los locales con el tanto de Perotti tras una gran acción de Jesús Navas. Parecía que todo se ponía de cara, pero ya en la segunda mitad, alrededor de la hora de encuentro, Honda clavó una falta lejana que Andrés Palop, del cual no estamos acostumbrados a ver cantadas de este tipo, no supo detener o al menos despejar. El Sevilla necesitaba dos tantos en media hora, pero de una manera similar a la del Madrid el pasado miércoles, no fueron capaces de superar a su rival, un CSKA que se llevó la eliminatoria de forma justa y venciendo en un campo del que ni Real Madrid ni Barcelona consiguieron arrancar los tres puntos en Liga.
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El Sevilla, que hasta ahora era el único equipo español que se mantenía en las tres competiciones, tendrá que conformarse con luchar por entrar en Champions el año que viene y con conquistar la Copa del Rey venciendo en la final a un Atlético de Madrid que pondrá mucha ilusión en ella tras catorce años de sequía. Como suele ocurrir en estos casos, el hombre más cuestionado está siendo Manolo Jiménez, a pesar de que José María del Nido advierte que no hay debate sobre él y que continuará, al menos, hasta final de temporada. Vuelvo a destacar la actuación de Didier Zokora, dueño de la medular y hacedor de un exhaustivo esfuerzo físico que mantuvo al Sevilla un poco de más tiempo con vida. Negredo, sin comentarios. No está cumpliendo con las expectativas.

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